30 de septiembre de 2011

El asesino de la embarazada era un indigente con antecedentes y dejó una nota de despedida

No tenía relación con las víctimas.


Mató a una embarazada y disparó a otra mujer que estaba en la iglesia
Entre sus ropas se ha encontrado una nota a modo de despedida
Después, se acercó al altar, se arrodilló y se pegó un tiro en la boca
El bebé, extraído por cesárea a la fallecida, se encuentra en estado 'muy grave'




Interior de la iglesia de Santa María del Pinar.| Óscar Monzón

Iván Berral Cid, el hombre que tiroteó este jueves en una iglesia de Madrid a dos mujeres, una de ellas embarazada, para después suicidarse, era un indigente con múltiples antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar, narcotráfico, resistencia y atentado a la autoridad, lesiones y amenazas, y no tenía ningún vínculo con las víctimas.

Así lo ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que ha explicado además que el agresor, de 34 años, vivía habitualmente en la calle. Según estas mismas fuentes, Berral efectuó cuatro disparos en el interior del templo y entre sus ropas se ha encontrado un papel a modo de despedida.

Berral Cid efectuó un disparo contra la embarazada y dos contra otra feligresa, que permanece ingresada en el Hospital La Paz. El cuarto disparo fue con el que el agresor se quitó la vida.
Las mismas fuentes han informado de que Iván Berral llevaba el arma escondida en una funda de raqueta de pádel y, entre sus ropas, escondía "un papel a modo de despedida", cuyo texto no ha sido revelado al haberse decretado secreto de sumario.

La mujer embarazada, Rocío Piñeiro, era una empleada de banca gallega de 36 años y falleció en el mismo templo.

La otra herida, una mujer de 52 años, se encuentra "consciente, estable hemodinámicamente y fuera de peligro vital", según consta en el parte médico facilitado por el Hospital Universitario La Paz, en cuya Unidad de Reanimación Cardiotorácica está siendo atendida. La mujer, M.L.F.C, presenta cuatro heridas no penetrantes por arma de fuego y contusión pulmonar derecha.

El bebé, en estado muy grave

En cuanto al estado del bebé de la mujer asesinada en el mismo templo, el hospital no ha facilitado información "por expreso deseo de la familia", si bien se sabe que al nacer presentaba un pronóstico "muy grave" aunque sus constantes, tensión arterial, nivel de glucemia y saturación de oxigeno eran normales.

Sin embargo, aun está pendiente de evaluar su estado neurológico, ya que nació en parada cardiorrespiratoria, según ha relatado la neonatóloga de guardia del Summa que le reanimó, Tamara Carrizosa.

La neonatóloga ha contado también que, pese la urgencia de la intervención, hubo un momento para que el padre del recién nacido pudiera verlo en el mismo lugar de los hechos, aunque, como todo el mundo, ha comentado, el hombre estaba también en "estado de shock".

El agresor, que se suicidó en el mismo lugar de los hechos, empleó un arma corta de fogueo manipulada para que pudiera hacer fuego real. La pistola está siendo analizada ahora por los expertos de balística de la Policía Nacional.

Un testigo de lo ocurrido en esta parroquia del distrito de Ciudad Lineal ha relatado que el hombre llevaba todo el día merodeando por la zona y, como ya ha confirmado la policía, llevaba la pistola escondida en una funda de raqueta de pádel.

Fue directamente por la víctima

Ha asegurado que fue "directamente" hacia su víctima, que estaba sentada delante de él esperando que comenzara la misa de ocho. Después de disparar a la mujer embarazada, a otra, a la que hirió en el pecho, y al techo, se detuvo "cuatro o cinco metros antes del altar, se arrodilló y, de espaldas al altar y mirando a la calle y a la persona a la que había matado se metió la pistola en la boca y disparó", ha relatado este testigo.

Como él, el cura de la parroquia, Francisco Santos, ha contado que el agresor había estado merodeando en torno a la iglesia y que parecía "ansioso, no alterado", y mantenía un comportamiento "correcto, no agresivo". Ninguno de ellos le había visto nunca por el barrio, mientras que la víctima mortal y su madre, que estaba sentaba junto a ella, sí eran conocidas.

Este trágico suceso tiene por ahora un lado positivo, que algunos medios de comunicación no han dudado en calificar como "milagro", gracias a la actuación de la jefa de guardia del Samur, Ceferina Cuesta, que practicó a la mujer fallecida una cesárea y salvó a su bebé.

El bebé nació en parada cardiaca, por lo que no se descarta que pueda presentar secuelas neurológicas, pero en su caso sí pudo ser reanimado y trasladado en estado crítico a la residencia sanitaria La Paz, desde donde no se va a informar sobre su estado por expreso deseo de la familia.


Fuente: 20minutos.es
Interior de la iglesia de Santa María del Pinar.| Óscar Monzón

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